Vivimos en un mundo donde la incertidumbre y la volatilidad son la norma, no la excepción. Para las organizaciones, esto no solo significa adaptarse constantemente, sino también encontrar formas de mantenerse relevantes y ganar influencia en medio del caos. No es tarea fácil, sobre todo cuando la sociedad nos exige más que nunca. Ya no basta con hacer bien nuestro trabajo, ahora se espera que las empresas tomen posiciones, que actúen con responsabilidad y que se involucren en las cuestiones que realmente importan.
Además, estamos inundados de información. A diario recibimos miles de mensajes, pero apenas recordamos una pequeña parte. Frente este panorama, ¿cómo puede una organización destacar? Creemos que la clave está en enfocarse en lo que realmente importa para nuestros grupos de interés. Esto significa estar atentos a sus inquietudes, construir relaciones genuinas y formar alianzas significativas. Pero, sobre todo, significa tener el valor de trazar una estrategia de posicionamiento que no solo nos haga visibles, sino que también nos conecte de manera profunda con quienes nos rodean.
El enfoque Jaramillo Luján:
1. Encontrar stakeholders de relevancia: utilizamos el Big Data, que nos permite explorar nuevas oportunidades y establecer relaciones con públicos estratégicos para construir una influencia más sólida y variada. Al unirnos con otros, multiplicamos nuestro impacto y logramos que nuestro mensaje llegue más lejos.
2. Una comunicación efectiva es escuchar activamente y dialogar. Las personas no solo reciben un mensaje, sino lo amplifican, lo comentan y lo viven. Por eso, para que nuestro mensaje sea relevante e influyente, debemos estar siempre abiertos al intercambio y a la retroalimentación.
3. Asumir riesgos para enfrentar las soluciones y diferenciarnos. Una estrategia de posicionamiento audaz no solo nos distingue de la competencia, sino que también refuerza nuestra legitimidad y autoridad en el sector.