FOTO: El Colombiano
Este sigue siendo un tema muy acalorado, una lucha de poderes en pleno siglo XXI, seguimos la ruta del más fuerte y que pierdan los que tengan que perder con tal de salir avantes.
Seguimos con la pregunta de quién pierde más, esta situación ha detonado el sentido común de las instancias gubernamentales, y parece que solo hay una opción, la de apuntar a cualquier lado con tal de apagar el incendio.
Ante la magnitud de tal situación, se vienen tomando decisiones sobre la marcha que sobrepasan las buenas intenciones, las aerolíneas Avianca y Latam, se han unido al caso y de alguna manera están acomodando a los pasajeros para ayudar con la emergencia. Podríamos pensar que aunando esfuerzos se logra vencer, ¿pero a qué costo?
Por otra parte, el presidente Gustavo Petro, sin fundamentos para salir a respaldar tal emergencia, demorado en tomar acción y dejando ver la falta de oportunidad para gobernar, solo se encargó de enviar un par de instrucciones a Satena para que también se una a la causa y agilicen los vuelos, mientras que la Aerocivil revoluciona por otro lado, para que los pasajeros puedan llegar a sus lugares de destino, en esta coyuntura no ha importado si es niño o adulto mayor, es “hochi pa´todos los marranos”.
¿Qué ha pasado después de un día?
Las aerolíneas como Wingo han incrementado el costo de sus vuelos entre un 15% y un 31% del costo habitual, situación que deja mucho que pensar, porque entonces vemos como se saca partido de las crisis, así como en la pandemia, los que optaron por llorar y otros que se dedicaron a hacer pañuelos.
Detrás de esta analogía, no hay nada de malo, todos tenemos derecho de alguna manera, en lo que si hay discrepancia es que justo en un momento difícil, además de que las personas perdieron su dinero, tuvieron que costear hoteles, alimentación, horas de sueño y otras necesidades; se ven obligados a pagar tiquetes con un alto incremento.
A este ritmo no hay como estar tranquilos, si es la inflación, la reforma de la salud, la reforma laboral con menos horas en el contrato, y ahora, súmele las diferencias entre empresas. La falta de comunicación y negociación entre pares es cada vez mayor, el tema de Viva Air, viene sonando hace rato y porque no se había hecho nada.
¿Y qué dice el sindicato de Viva Air?
Ahora el sindicato de Viva está pidiendo a los colaboradores, casi que de rodillas que no renuncien de manera voluntaria, está siendo este organismo el que ha tomado la palabra, luego de que a 278 de los 5.000 empleados recibieran un correo por parte de Viva, pidiendo que se acogieran a la renuncia voluntaria a cambio de un bono especial.
Dónde ha quedado la reputación, la solidez institucional y el prestigio de esta flota área que por años nos transportó y de la que nos sentíamos tan orgullosos, una mancha amarilla en el aire que recorrió miles y miles de millas, que hoy quedan en la basura.
En qué momento ocurrió todo esto, una empresa que escogió acabar con su trayectoria, y buen nombre y permitió que la angustia acabara con el sueño de seguir volando.
Esto nos lleva a pensar que, en este país quién toma las decisiones, a quién hay que acudir en estos casos, queda en entredicho lo que podamos argumentar en este texto, lo que sí es claro es que, estos momentos caóticos, mantienen al filo a todos los colombianos.
No creen ustedes, que, si se avecina una situación difícil, hay que preparase para eso, ir tendiendo la cama y organizando la casa, antes de salir y cerrar la puerta. Lo que ha dejado este evento es que otras aerolíneas suspendan la venta de tiquetes para atender la contingencia, y quienes necesitamos salir del país o de la ciudad, por alguna razón, no vamos a poder hacerlo, primero porque no hay como pagar y segundo porque es mejor quedarse con la maleta hecha.
Cómo un país que creyó en el cambio, está cada día en reversa, mirando por el retrovisor a ver con que piedra se va a chocar, esto no debería pasar aquí, en Colombia, una nación que cuenta con empresas de emprendedores por montones, pujantes y bien hechas, que han salido adelante pese a los infortunios, y que hoy tienen que decir, me voy para no volver.
Siguen surgiendo preguntas y cada vez estamos más lejos de las respuestas. ¿Quién pierde y quién gana?, parece que no importa ya, todos hemos perdido y nadie ha ganado.
Qué le agregarías a este texto. Te leemos.